Las plaquetas son células de la sangre que intervienen en el proceso de coagulación. Son más pequeñas que los glóbulos blancos y los rojos y su cantidad normal está entre 150.000 y 400.000 por mm3. Por ejemplo, cuando nos hacemos un pequeño corte, las plaquetas viajan hasta allí y se acumulan, obstruyendo los pequeños vasos sanguíneos para que la sangre deje de salir. Por tanto, forman un tapón (llamado plaquetario) y detienen la hemorragia.
Cuando el número de plaquetas no está dentro de los parámetros normales, hablamos de plaquetopenia, que es una disminución en su número o el caso contrario, de un exceso de plaquetas. Cuando esto ocurre es porque hay conflictos emocionales detrás. Veamos cada caso según la descodificación biológica.
Plaquetopenia
Cuando hay menos plaquetas que las normales los conflictos asociados son la falta de cohesión, habitualmente en la familia. La persona con plaquetopenia siente que no forma parte de la familia, o quiere unir a la familia y no puede, etc. «No puedo unirme a mi familia». Hay desvalorización en relación a la cohesión de la familia.
En un sentido u otro hay una falta de unidad en la familia y es esa persona la que manifiesta el conflicto a través de las plaquetas, que son las células que precisamente cohesionan y detienen hemorragias (la sangre tiene la simbología de ‘familia’). En algunos casos la persona puede tener plaquetopenia porque está relacionada con antepasados que han tenido, por ejemplo, una embolía. Como su antepasado murió a causa de un coágulo, esa persona fabrica menos plaquetas para no hacer coágulos y evitar así morir (esto se ve de forma detallada con el análisis del árbol genealógico).
Veamos otro caso. Por ejemplo, una mujer que en su embarazo le detectan plaquetopenia. El padre de su hijo es una nueva pareja y su familia no la acepta. Ella no se siente unida a su familia, se siente desapegada, aislada… y su cuerpo manifiesta ese conflicto con una bajada de plaquetas.
Exceso de plaquetas
Cuando hay más plaquetas de lo normal el conflicto es que hay una ‘herida’ en la familia y tengo que cerrarla. Hay algún problema en la familia, algo que ‘me sangra’ y fabrico más plaquetas para cerrar esa herida. Por tanto, siento que debo unirme a la familia, cohesionarme con ella. Por ejemplo, mis padres me han dicho que se separarán y yo hago un exceso de plaquetas para unirlos, para unir a la familia.
En ambos casos, tanto la plaquetopenia como el exceso de plaquetas, al tratarse de sangre, tendremos muy en cuenta a la familia.
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